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PRÓLOGO

«Dios hizo recto al hombre.»
Eclesiastés VII, 29

«Entre todas las criaturas vivientes, sólo el hombre camina erecto, porque su naturaleza y su ser son divinos», dice Aristóteles en el libro cuarto de Las partes de los animales.

Una de las últimas adquisiciones humanas en su flujo evolutivo es el músculo glúteo máximo, que aparece modificado en su forma y su función, según Wash-burn, para originar las alteraciones pélvicas que acompañan el cambio de bípedo a caminante (isquion corto, pelvis ancha, elongación de los miembros posteriores, extensión de la cadera y de la rodilla, reestructuración considerable del pie). La aparición de esta zancada es la quintaesencia del acto locomotor humano; lo que le define como humano es este caminar talón-dedo gordo. Otros estudiosos como Napier, creen que, como la función del glúteo es fundamental corriendo y subiendo pendientes, debió aparecer en su forma actual en un estadio tardío de la evolución de la zancada. En cualquier caso, es uno de los últimos refinamientos de la marcha humana. Quizá la frecuencia de su afectación en esta «miopatía generalizada» es debido a la mayor habilidad patológica de las últimas adquisiciones evolutivas.

En toda ciencia, según Laín Entralgo, son tres los niveles de los conocimientos:

El Dr. Mesa Ramos se ha movido en el segundo de estos niveles, pero araña en más de una ocasión el tercero, cuando intenta elevar el sentido de la fibrosis glútea a fibrosis muscular como causa de muchas afecciones y deformidades del aparato locomotor, de origen desconocido. Este intento globalizador podría explicar alteraciones posturales en las que la base anatómica son unos grupos musculares cortos: isquiotibiales, tríceps sural, iliopsoas.

En un caso nuestro con afectación familiar y con alteraciones enzimáticas, la biopsia muscular del vasto lateral (no afecto), en el momento del tratamiento quirúrgico, nos fue informada como miopatía mitocondrial. (Datos no publicados.) Bien pudiera tratarse, como apunta el Dr. Mesa, de una afección generalizada con manifestaciones locales por causas traumáticas: aductores y osteopa tía dinámica del pubis, isquiotibiales, psoas y músculos espinales y su relación con las desviaciones del raquis.

La íntima relación entre el moldeamiento de la pelvis humana y el glúteo máximo, que se observa en los cambios radiográficos óseos que el autor descri be, nos reafirma en la necesidad de estudiar la anatomía en el sentido funcional como unidades osteomioarticulares, tal como describió el propio Galeno y siglos más tarde Braus, apartándose de la descripción vesaliana. Tarea que en el caso del glúteo máximo es la de ayudar a moverse por el mundo para manejarlo, y que constituye una de las funciones más específicas y primarias del hombre, siendo la otra el pensar.

No cabe duda que nos encontramos -bajo la capa del título Fibrosis glútea- ante un tratado que será el germen de un asentamiento teorizante del conocimiento ortopédico, que es, creo, lo que el Dr. Mesa Ramos perseguirá en un futuro.

A. Navarro Quilis

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